LA REFORMA LIBERAL
Los cambios económicos que se dieron en los países
del Atlántico Norte, provocaron en América Latina el surgimiento de gobiernos
reformadores. Las medidas adoptadas para éstos tenían como objetivos:
consolidar una economía de exportación que les permitiera vincularse al mercado
mundial y la unificación de los Estados Nacionales.
La Reforma Liberal en Centro América se inicia en
la década de 1870, su principal promotor fue Justo Rufino Barrios de Guatemala.
El liberalismo guatemalteco extendió su influencia a todos los países de la
región, teniendo especial éxito en Guatemala y El Salvador. Sus antecedentes se
encuentran en el conjunto de medidas implementadas, por vez primera en América
Española, por Francisco Morazán, Mariano Gálvez, y aquellos que conformaron la
primera generación liberal del istmo centroamericano: libertad de cultos,
educación popular, separación Iglesia-Estado, fomento a la inmigración entre
otras iniciativas. Marco Aurelio Soto, con la eficaz colaboración de Ramón Rosa
(1848-1893), decretó la primera legislación republicana que reemplazó a la
española: Códigos de Comercio, Civil,
Instrucción Pública, Minería, Penal; reapertura de la Universidad;
inauguración del Hospital General, de la Biblioteca y Archivo Nacional,
establecimiento del sistema educativo en sus tres niveles primario, secundario
y superior; fundación de la Dirección General de Estadística y la Casa de
Moneda, construcción de las primeras líneas telegráficas; apertura del Correo
Nacional, apertura de una carretera entre la capital y San Lorenzo; fomento de
la minería y cultivo del café. Entre 1876-1883. Estos elementos de
modernización, entre otros, son los que dan paso en parte en la Conformación
del Estado de Honduras. Esta labor de modernización capitalista fue continuada
por sus sucesores: Luis Bográn, en su periodo presidencial entre 1863 al 1872,
quien inició el otorgamiento de concesiones a nacionales y extranjeros en la
Costa Norte, con el propósito de estimular el desarrollo económico de esa
región, poseedora, hasta entonces, de un gran potencial; Policarpo Bonilla en
su mandato presidencial de 1884 a 1899, Terencio Sierra, entre 1899 al 1903,
Manuel Bonilla, entre 1903 a 1907; todos ellos eran de la idea, que la apertura
a la inversión foránea, mediante la concesión de tierras nacionales y
exenciones fiscales, sería el eje motor que traería consigo capitales y
tecnología generando empleos y otras actividades económicas secundarias bajo
control de empresarios nacionales.
La Reforma Liberal en Honduras se inicia con el
ascenso al poder de Marco Aurelio Soto, el 27 de agosto de 1876. El presidente
Soto y Ramón Rosa, el Secretario General del gobierno, fueron los principales
ideólogos del reformismo liberal en Honduras. La obra comenzada por ellos fue
continuada por los gobiernos de: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vásquez,
Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Juan Ángel Arias y Manuel Bonilla.
Los gobiernos de la Reforma Liberal en Honduras
emprendieron un amplio programa de medidas con el fin de alcanzar la
estabilidad política y vincular al país con el mercado mundial. Entre éstas se
pueden destacar las siguientes:
EN LO POLÍTICO:
ü -Separación Iglesia y
Estado.
ü -Organización y
profesionalización del ejército nacional.
ü -Creación de nuevos departamentos.
ü -Afianzamiento de lazos
diplomáticos con países de América y de Europa.
EN LO ECONÓMICO:
ü -Fomento de la
agricultura, a través de leyes.
ü -Estímulo a la
actividad minera.
ü -Reorganización fiscal
y estabilización del sistema monetario.
ü -Impulso al negocio
bananero.
ü -Construcción de
carreteras y caminos.
ü -Apertura a inversión
de capitales extranjeros.
ü -Construcción de nuevos
puertos y establecimiento de líneas de barcos de vapor.
ü -Establecimiento de
instituciones bancarias.
EN LO JURÍDICO:
ü -Elaboración y reforma
de nuevos códigos: civil, de procedimientos, de comercio, penal, militar y de
aduanas.
ü -Constituciones más
armónicas con la época.
LO EDUCATIVO:
ü -Nuevas leyes de
educación.
ü -Educación primaria
laica, gratuita y obligatoria.
ü -Formación de cuadros técnicos.
ü -Impulso de las
estadísticas.
ü -Formación de Maestros
Profesionales, trayendo profesores de Guatemala y Cuba.
La
Reforma Liberal emprendió la reorganización política, jurídica y
administrativa. La legislación fue renovada totalmente bajo la dirección de
grandes juristas como Carlos Alberto Uclés y Adolfo Zuñiga. En 1880 se emitió
una nueva constitución y los códigos civil, penal, de aduanas, de
procedimientos, de comercio, de minería y militar, así como la ley de notariado
y por primera vez en Honduras la ley de Inmigración. Eran textos legales de
escasa originalidad, basados en la legislación chilena y española como modelos;
así, por ejemplo, los códigos civiles y de minería se adaptan de manera fiel a
los textos chilenos de 1855 y 1874 respectivamente; el código militar al código
penal militar italiano de 1869; el código de comercio se inspira en el español
de 1829, y el código penal, en el texto español de 1870, que inspiró otros
varios códigos iberoamericanos de la época. Pero, no obstante, su falta de
originalidad, contribuyeron a modernizar y dar flexibilidad a la arcaica
legislación hondureña.
Soto también modernizó los correos,
haciendo ingresar a Honduras en la Unión Postal Universal UPU, instaló los
primeros telégrafos en el país, la lotería y la tipografía nacional. Reorganizó
administrativamente el norte de Honduras, estableciendo una organización legal
especial para las Islas de la Bahía, y suprimiendo el departamento de La
Mosquitia, difícil de gobernar desde Juticalpa, ciudad con la que no poseía
comunicación directa, estableciendo, en cambio, en 1882, el departamento de
Colón, con capital en Trujillo.
En el terreno político y de orden
público, la obra de la Reforma Liberal constituyó un éxito y por primera vez
desde la Independencia pudo Honduras gozar de paz y estabilidad, siendo el
gobierno universalmente respetado. Bajo Soto se sentaron las bases del futuro
desarrollo material de Honduras. La moneda fue definitivamente estabilizada
bajo el signo del patrón plata y se inició una activa política de fomento
económico cuyos resultados, aunque más modestos que en política, no dejan de
ser significativos por el progreso real representado. Se inició la carretera
del sur, habilitando como puerto menor a San Lorenzo, dictó la ley de
agricultura con el objeto de fomentar el cultivo del café, frutas tropicales en
especia banano y coco. Intentó reiniciar las actividades mineras con éxito,
comenzándose a explotar por una compañía norteamericana las minas de San
Juancito en las proximidades de Tegucigalpa;
las finanzas recibieron un impacto
favorable de este renacimiento económico; las rentas nacionales se quintuplicaron
en menos de siete años, superando el millón de pesos sin necesidad de aumentar
aranceles o crear nuevos impuestos, que el muy modesto sobre la exportación de
plata. Sentó las bases del sistema bancario hondureño establecidas por decreto
de 2 de febrero de 1882, dejó una hacienda pública saneada y una economía en
expansión.
También inicio la reforma cultural al
organizar el Archivo Nacional y se creó la Biblioteca Nacional inaugurada el 27
de agosto de 1880; se promulgó en 1882 el primer Código de Educación Pública
obra de Ramón Rosa y se reorganizó la Universidad, creando, junto a la ya
existente Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas otras dos: la de
Ciencias y la de Medicina y Farmacia, lo que conllevó a la creación de la
Escuela de Medicina y el Hospital General. La Reforma estableció dos nuevos
centros de enseñanza superior que tuvieron vida efímera: la Universidad de
Occidente, en Santa Rosa de Copán, creada en 1877 y desaparecida en 1884; y la
Escuela de Derecho de Comayagua que funcionó entre 1892 y 1904; igual se creó
el primer colegio de enseñanza superior para mujeres.
La reforma quedo inconclusa debido a las
siguientes causas:
ü La inexistencia de un sector social
política y económicamente consolidado para emprender los cambios, limito en
gran medida los alcances de la Reforma.
ü La consolidación de una clase
terrateniente burguesa al impulsar que grandes cantidades de tierra las
tuvieran aquellos que tuvieran el capital para invertir en ellas.
ü Los abusos del capital extranjero
ü La complicidad de algunos presidentes
que tuvieron una pobre apreciación de su Nación, de su Pueblo; y un escaso
patriotismo.
ü Incapacidad de organizar el trabajo
productivo de la población y el aprovechamiento racional de los recursos
naturales, estos dirigentes, dejaron una pobre imagen personal.
ü Se dio intervención extranjera en los
momentos de crisis creando una sociedad dependiente no solo económica sino
también políticamente: se busca que terceros resuelvan los problemas internos
de Honduras.
ü Generó
el esquema de Presidencialismo: el hecho de que el presidente no representa la nación,
sino que EL es la nación, lo que provoca que si se está en contra del
presidente se está en contra de la nación.
Por lo general los presidentes producto
de la Reforma se caracterizan por poner primero sus intereses personales por
encima de todo y a costa del bien común presentándolos como la solución a los
problemas del país, en esta medida justificaron el tiempo que debieran
permanecer en el poder, por el carácter mesiánico con que se presentaban ante
sus gobernados, aunque en realidad, eran incapaces de dominar los
acontecimientos que se producían en su entorno por lo que se volvían un mero
observador en espera de que se solucionaran por sí mismos. El carácter
terrateniente de estos gobernantes se nota en el hecho de que se comportaban
como mandamases en la gran hacienda Honduras.
Por si fuera apoco, la Reforma se
presentó ante Honduras como un régimen de orden y todo lo que hubiera existido
antes era la anarquía y en consecuencia enemiga de la reforma, los esquemas
educativos interiorizaron esta condición provocando entonces que el ciudadano
en formación viera las cosas desde el punto de vista antagónico para resolver
problemas; de allí la facilidad de que el hondureño posteriormente solo
identificará a quienes están a favor y si no está a favor está en contra,
creando aparte de un antagonista intelectual un enemigo en aquellos que no ven
las cosas de la misma manera. El sistema educativo era básico para tener
derecho al voto (lo que se llama voto selectivo) nadie que no hubiera cursado
la educación primaria podía votar, pero lamentablemente fue el vehículo por el cual
el ciudadano producto de la Reforma Liberal también quedó inconcluso: ese
ciudadano que Honduras necesitaba quedo limitado a un universo de amigos y
enemigos por conveniencia, podían pelear juntos en una montonera, pero a la
siguiente podían pelear uno contra el otro y así sucesivamente.
Lo más grave es que no se produjo un
ciudadano con sentimiento nacional y dignidad propia sino un ciudadano con
doble moral y personalidad pragmática; que desestima los valores religiosos en
política ya que, lo que es moralmente incorrecto en religión no necesariamente
debe serlo en política; la moral a nivel familiar poco o nada tiene que ver con
las relaciones sociales, ambas se plantean con sus propias normas morales por
lo que no le interesa ser honesto, solidario o justo. No reflexiona, pero si
hace uso de una antiquísima paciencia para tolerar las cosas, lo que, en
consecuencia, provoca una ausencia de un mismo espacio referencial de proyectos
y metas comunes, por ello su incapacidad de identificarse colectivamente lo que
le promueve el no integrarse en ningún momento a la nación.
Toda la dirigencia política de finales
de siglo XIX imbuidos en el proceso reformador, carecieron de la voluntad e
interés necesario para crear una comunidad nacional debido a la anarquía política
reinante, a la debilidad gubernamental (altamente centralista) imposibilitada
de imponer autoridad para el cobro de tasas impositivas o de un ejército
nacional por sobre los distintos caudillos terratenientes y sus ejércitos
privados. Esto provocó inclusive movimientos separatistas de algunos
departamentos de Honduras como el caso de Texiguat en 1843 y 1844, o de Olancho
en 1860. No logró entonces, erigirse una autoridad central fuerte y estable
como para construir un Estado-Nación.
Para intentar reparar esta deficiencia,
los liberales reformadores (que estaban más preocupados en el liberalismo
teórico y no práctico) intentaron eliminar los localismos a través de una
agresiva campaña que promoviera un discurso nacional que rondó entre el
unionismo y la necesidad de nación. A juicio del antropólogo Oscar Rápalo “se inicia así una agresiva reconstrucción
del pasado, una historia oficial por medio de varios personajes destacados y su
conversión en héroes y próceres”. De
esta manera una serie de personajes emparentados se maquillan en una idea
confusa de creadores de una nación creando con ello un contexto erróneo de la
realidad histórica. Los seleccionados: José Cecilio Díaz del Valle, Dionisio de
la Trinidad de Herrera Díaz del Valle, Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas
y José Sahagún de la Trinidad Reyes.
Estatuas
de ellos se develizaron en los principales parques de Tegucigalpa en 1882. Se
institucionalizó un culto secular a estos próceres, lo que los convierte en
referentes simbólicos de la nacionalidad y el ciudadano hondureño; esto por
medio de los libros de texto escolares y los llamados rituales educativos como
desfiles, actos cívicos y otros. Hay que recordar que según Aguado y Portal “estos
rituales escolares son elementos importantes en el proceso de socialización del
niño, ya que recrean valores sociales y norman la conducta individual y
colectiva y sobre todo son un medio creador de identidades sociales”.
De
esta manera, los reformadores excluyeron de la elaboración de la identidad
nacional de manera casi completa las raíces indígenas y negras de nacionalidad,
consolidándola por medio de una historia que jerarquizó y valorizó lo mestizo
sobre los dos anteriores. Parte de una enmienda al error puede verse más
adelante en la historia en tres hechos tangibles: uno, la mayanización de
Honduras, muy comentada por Darío Euraque, quien afirma que “esta visión se reforzó a partir de los años
50 ya que los intelectuales hondureños se afiliaron a la teoría formulada por
el nuncio apostólico Federico Lunardi según la cual toda Honduras era de origen
Maya borrando de esta manera de la historia oficial a los demás grupos
indígenas y negando la presencia negra-garífuna existente en el país…”
Dos, la inclusión en el panteón de
héroes nacionales de la figura de Lempira, con un pésimo planteamiento
histórico corregido muchos años después mediante una investigación seria del
Dr. Mario Felipe Martínez; y tres, la designación de la moneda nacional con la
denominación del indígena, lo que se oficializó mediante Decreto No. 102 del 3
de abril de 1926, aunque los billetes con su imagen comenzarán a circular hasta
1931.
Las reformas de Soto, fueron continuadas
por: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vásquez, Policarpo Bonilla, Terencio Sierra,
Juan Arias, Manuel Bonilla y Celeo Arias. La Reforma tuvo grandes logros materiales,
pero falló en su proyecto de construcción del ciudadano hondureño y por ende en
la construcción de la Nación, esto explica porque a partir de 1903, el país se
sumió en montoneras (mal llamadas guerras civiles) propiciadas por caudillos
que fueron el legado inmediato de la Reforma Liberal. (Ferrera, 2012)
Ferrera, R. F. (3 de junio de 2012). HISTORIA DE HONDURAS. Obtenido de https://historiadehondurasenlinea.blogspot.com/2012/06/la-reforma
liberal.html
Zelaya y Ferrera, R. (2012). La Reforma Liberal. HISTORIA DE HONDURAS. Disponible en:
https://historiadehondurasenlinea.blogspot.com/2012/06/la-reforma-liberal.html
RH (2012, 3 de junio). La reforma liberal. Obtenido de
https://historiadehondurasenlinea.blogspot.com/2012/06/la-reforma-liberal.html
Zelaya y Herrera, R.
(2012). La Reforma Liberal. [En
Línea] HISTORIA DE HONDURAS. Disponible en: https://historiadehondurasenlinea.blogspot.com/2012/06/la-reforma-liberal.html.
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